La infancia de Pascual Duarte
Pascual Duarte nació en un pueblo perdido de la provincia de Badajoz.
Era un pueblo caliente y soleado, bastante rico en olivos.
Vivió una vida llena de desgracias y mala suerte.
Él se describe como una persona de poca educación y preparación, sin virtudes e inconformista.
Siempre reacciona movido por el instinto. Es egoísta y no tiene sentido del humor.
Se siente una víctima, cree que los demás sufren menos que él.
El padre de Pascual Duarte se llamaba Esteban Duarte Diniz, y era portugués. Daba grandes palizas a Pascual y a su mujer.
Murió a consecuencia de la mordedura de un perro rabioso tras dos días de encierro.
A su madre le gustaba beber una copa de vino y para ello buscaba dinero en el chaleco de Esteban y mandaba a su hijo a la taberna a por la copa.
Cuando sus padres discutían, Pascual se alejaba para que no le afectase a él.
Su vida familiar era muy poco placentera. De pequeño acudió a la escuela, pero no durante mucho tiempo.
La hermana de Pascual, Rosario, nació un mes de julio o agosto. Ya de muy pequeña cogió el vicio de beber, y a los 14 años se fue de casa.
Cuando Rosario tenía 15 años, la madre tuvo otro hijo, le pusieron Mario.
Entre estos días es cuando falleció el padre por la rabia.
Mario no supo andar nunca, ni hablar y cuando tenía 4 años, un cerdo se le comió las orejas. Cuando ya era más grande, un día mordió a un viejo, y éste le pegó una patada tan fuerte que parecía muerto.
Murió ahogado en una tinaja de aceite y nunca se descubrió porque. Esta muerte hizo que Pascual se deprimiese.
El lugar donde Pascual entró en amor fue en el entierro con Lola, se enamoró de ella para más tarde acabando ser su novia.
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